La reserva natural de El Regajal-Mar de Ontígola es un espacio natural de la Comunidad de Madrid (España), que se encuentra protegido desde 1994, según Decreto 68 de 30 de junio. Está situada en la parte meridional de la región, dentro del término municipal de Aranjuez, y tiene una superficie de 629,21 hectáreas, a lo largo de las cuales confluyen dos unidades ambientales principales: el humedal del Mar de Ontígola, un embalse de origen renacentista hoy día completamente naturalizado, y los terrenos adyacentes, entre los que destaca la finca de El Regajal, un monte mediterráneo-subdesértico que alberga una gran diversidad entomológica.
La primera unidad citada reúne importantes comunidades de vegetación palustre, que dan refugio, de manera temporal o permanente, a numerosas aves acuáticas. La segunda, por su parte, constituye una de las reservas de mariposas más importantes del planeta, con especies como Plebeyus pylaon, Iolana iolas y Zerynthia rumina. En 1979 entomólogos pertenecientes a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza catalogaron a El Regajal como la quinta prioridad mundial en la conservación de lepidópteros.
Además de su riqueza natural, la reserva muestra importantes valores históricos, culturales y arquitectónicos, fruto de su estrecha relación con el Real Sitio de Aranjuez, al que el Mar de Ontígola estuvo abasteciendo de agua desde el siglo XVI hasta mediados del siglo XX. Su presa, en la que participaron arquitectos como Juan Bautista de Toledo (1515-1567) y Juan de Herrera (1530-1597), marcó un hito en la historia de la moderna ingeniería hidráulica.
Con una superficie de casi 630 hectáreas, la Reserva natural de El Regajal-Mar de Ontígola supone el 3,1% del término de Aranjuez, conformado por un total de 20 111 hectáreas. Su límite septentrional está definido, en su parte central, por el propio núcleo urbano y, a los lados, por sendas zonas silvestres. Las lindes oriental y meridional vienen marcadas por la línea divisoria con la provincia de Toledo, a través del municipio de Ontígola, mientras que la occidental queda dibujada por el arroyo de las Salinas.
El topónimo procede de la localidad toledana de Ontígola, de la que el embalse dista menos de tres kilómetros. Con este nombre también se conoce al arroyo que, procedente del citado municipio, surte de agua a la laguna. El vocablo mar hace referencia a sus dimensiones, notablemente superiores a las de otros humedales de la zona.
El topónimo de El Regajal alude a la abundancia de regajos (charcos que se forman a partir de un arroyuelo) en la zona y que dio lugar a una primera canalización en el siglo XV, completada en el siglo siguiente con la edificación del Mar de Ontígola. En la actualidad este nombre se aplica a la finca privada situada al oeste del embalse, que en una parte está dedicada a la viticultura y que en otra mantiene áreas silvestres de gran interés botánico y zoológico. En un sentido más amplio, se emplea para referirse a las tierras que se extienden al sur del núcleo urbano de Aranjuez, donde, además de la citada finca, se encuentran espacios urbanizados, que, como el Polígono Industrial Gonzalo Chacón, quedan fuera de la reserva..
Además del Mar de Ontígola y El Regajal, existen otros espacios naturales dentro de la reserva, caso del Paraje de los Cotillos, que se sitúa al este del embalse. Se trata de un conjunto de cuestas formadas por materiales margocalizos, con depósitos de cantos rodados y esporádicamente algún afloramiento yesífero de gran dureza, en fondos de barrancos. Su vegetación predominante es el coscojar, que se da principalmente en las zonas umbrías, y el atochar, presente en las laderas de mayor pendiente, donde el suelo está menos desarrollado.
Fuente: Wikipedia